Tú eres Madre mi mayor consuelo
yo te estoy llamando a todas las horas.
Ven conmigo, Madre, pues te necesito
Tú eres mi alegría y mi Auxiliadora.
María, llena de gracia, auxilio del pecador
Tú eres nuestra alegría, Tú eres la Madre de Dios.
Don Bosco te veneraba con devoción y cariño
y de ti sacaba fuerzas para ganarse a los niños.
María, Reina del mundo, Reina de los salesianos
bendice esta familia, todos nos sentimos hermanos.
Si por caminos de olvido se alejó mi corazón
atráeme, Auxiliadora, tus manos me lleven a Dios.
Tú llevas entre tus manos, señales de tu poder
en una llevas el cetro y en la otra a Enmanuel.
Si yo fuera una estrellita de tu preciosa corona,
Para estar siempre contigo, oh María Auxiliadora.
Con el color de tu manto, azul como el mismo cielo,
Auxilio de los cristianos, te digo cuanto te quiero