- Decimos "devoción sana a María Auxiliadora" porque puede existir una piedad mariana que no sea sana: aquella que no conduce a Jesús.
- El Concilio Vaticano II dio la voz de alarma: "Se ven deterioros en la devoción popular a la Santísima Virgen".
- Como cristianos, hemos de recibir este "aviso" conciliar y, en consecuencia, analizar nuestra devoción a María Auxiliadora para que no se desvíe del camino trazado por el Concilio Vaticano con el que, ya en el siglo pasado, coincidía perfectamente Don Bosco.
- Toda devoción a la Santísima Virgen debe conducir a su Hijo Jesús, para cumplir lo que Ella, nuestra Madre, nos aconsejó con corazón materno en las Bodas de Caná: "Haced lo que Él os diga".
- La devoción a la Santísima Virgen para que sea sana, tiene que tener tres cauces:
a) imitar a la Santísima Virgen en su disponibilidad a Dios: "He aquí la esclava del Señor"
b) cumplir el mandamiento por excelencia de Jesús: "amaos los unos a los otros".
c) adoptar una actitud de hijos: "Aquí estoy, Madre, para hacer lo que Tú quieras de mí".
- Tanto la fe como el amor se expresan al exterior con signos. Signos de fe y de amor a la Virgen pueden ser: llevar su medalla, el escapulario, una estampa suya en la cartera, tener un cuadro o imagen en la casa... Son, tengámoslo presente, signos de fe y de amor. Sólo signos.
- Las personas que llevan esos signos los pueden llevar:
- Una medalla, una estampa, un escapulario, una imagen... no son, por sí mismos, talismanes que atraen bendiciones o favores celestiales. Son signos que expresan fe y amor. Nada más... y nada menos.
- Las gracias, favores y protecciones se obtienen no por las medallas, estampas, escapularios o imágenes... sino por la fe que se tiene en la persona de la Virgen cuando se acude a Ella.
- Hay que cuidar de que el signo externo sea siempre expresión viva de la fe interna.
O COMO SIGNO EXTERNO Y SINCERO DE TU FE INTERNA?
- Normalmente se acude a la Virgen, las más de las veces, para pedir y las menos para dar gracias. Analízate.
- Normalmente se acude a la Virgen, las más de las veces, para pedirle cosas materiales y las menos para pedir cosas espirituales. Analízate.
- Normalmente se acude a la Virgen, las más de las veces, para pedirle "que se haga mi voluntad" y las menos "que se haga la voluntad de Dios". Analízate.
- Normalmente se acude a la Virgen, las más de las veces, pensando en su imagen o advocación, y las menos, pensando en Ella que está resucitada en el cielo. Analízate.
- Normalmente se acude a la Virgen, las más de las veces, con una contrapartida: "Si me das te doy o prometo..." y las menos se acude desinteresadamente. Analízate.
- La advocación mariana-salesiana es, por excelencia, la de "MARÍA AUXILIADORA".
- Ella es AUXILIADORA:
- del cristiano personalmente
- de los cristianos como comunidad, como Pueblo de Dios, como Iglesia en marcha...
- del Papa, de los Obispos... en cuanto servidores y animadores del Pueblo de Dios.
- Esta advocación, de AUXILIADORA, se refiere especialmente a la Iglesia-Pueblo de Dios, en momentos:
- difíciles por alguna razón
- de enfriamiento de los cristianos en su vida cristiana
- de persecución contra la Iglesia.
- La advocación AUXILIADORA DE LOS CRISTIANOS implica, fundamentalmente, la ayuda de MARÍA para llegar a ser un buen cristiano; complementariamente la obteción, si conviene, de gracias y favores.
- La advocación de MARÍA AUXILIADORA lanza a los cristianos al apostolado, a trabajar por la extensión del Reino de Dios, a propagar su devoción, a sembrar paz, unidad, justicia... en el mundo, a invitar al mayor número de cristianos a tomar la decidida voluntad de imitar sus virtudes...
- Decir MARÍA AUXILIADORA es hacer referencia a Jesús Sacramentado, a la frecuencia de Sacramentos, a la Iglesia-Pueblo de Dios, al Papa, al Paraíso, a la renovación espiritual, al apostolado, a la colaboración apostólica en favor de la juventud, a la ayuda a las obras apostólicas salesianas.
- La devoción a MARÍA AUXILIADORA se manifiesta también con el signo externo de hacer o participar en su Novena.
- Esta es la Novena aconsejada por Don Bosco:
- Rezar tres Padrenuestros, Avemaría y Gloria a Jesús Sacramentado con la jaculataria: "ALABADO SEA JESÚS SACRAMENTADO, SEA POR SIEMPRE BENDITO Y ALABADO".
- Rezar tres Salves a la Santísima Virgen con la jaculatoria: "MARÍA, AUXILIADORA DE LOS CRISTIANOS, RUEGA POR NOSOTROS".
- Acercarse a los Sacramentos de la Confesión y Comunión.
- Dar una limosna, según las propias posibilidades, preferentemente a las Obras Apostólicas Salesianas.
- Don Bosco recomendaba muchísimo que se hiciera la Novena a MARÍA AUXILIADORA. Es una expresión de fe en Ella, de particular valor y eficacia.
- "Tened una gran confianza en Jesús Sacramentado y en María Auxiliadora y estad seguros que la Virgen no dejará de conseguir lo que deseáis, si es para gloria de Dios y salvación de vuestra alma; si no, os concederá otra gracia igual o tal vez mejor" (Don Bosco).