- Vivir de apariencias nos condena a vivir en la mentira. Donde hay mentira, allí no está Dios.
- Se borró la señal de la ceniza de tu frente, pero queda grabada en tu corazón. Es en el corazón donde tenemos que hacer ceniza todo aquello que no nos llena de vida.
- Busca lo fundamental y te sentirás libre. El corazón de la verdad es siempre lugar de libertad.
- Las lamentaciones no suelen arreglar nada. Pueden empeorar las cosas y crear pesimismos invencibles. Es mejor comenzar haciendo algo para cambiar las situaciones que nos producen lamentaciones.
- La Cuaresma es una excelente ocasión para participar en momentos de oración comunitarios. La oración comunitaria es una manera de compartir nuestra búsqueda de Dios con otros y de avivar nuestra oración personal.
- Si quieres ser "rezador" tendrás que hacerte "rezador". Comienza buscando un espacio para rezar: un rincón de la casa, el autobús o el coche en el que viajas, el paseo en silencio mientras vas o vienes del trabajo, el silencio de una iglesia. Necesitamos "obligarnos" a tener un espacio para rezar, al menos mientras somos aprendices y damos los primeros pasos.
- Si quieres ser rezador, además de tener un espacio, debes tener un tiempo para la oración. No importa si este tiempo es por la mañana o al atardecer. Importa más que seas fiel. Para no cansarte, comienza de menos a más. La oración, como el encuentro con los amigos, te irá pidiendo más y más dedicación e la medida que la gustes.
- Cuaresma no es un día, ni dos... Es una manera de vivir la existencia con alegría y con preocupación penitencial. No hacemos Cuaresma para ser buenos un día, sino sencillamentee para ser buenos, para ser nuevos.