lunes, 22 de febrero de 2010

II CONMEMORACIÓN MENSUAL DE 2010



 MARTES DÍA 23 (a las 6’30 de la tarde):  REUNIÓN FORMATIVA (en los salones parroquiales)


 MIÉRCOLES DÍA 24 (a las 7’30 de la tarde):  SANTA MISA A MARÍA AUXILIADORA,
ofrecida por los enfermos.  Presidirá la Eucaristía el Rvdo.P. Carlos Paz, CMF




Allí donde te encuentres, en cualquier lugar,

en la enfermedad y en la salud,

estará siempre a tu lado la Auxiliadora de los Cristianos



sábado, 20 de febrero de 2010

CAMINO DE CUARESMA

SABATINA DEL 20 DE FEBRERO (SÁBADO DESPUÉS DE CENIZA)



Zagala divina,
bella labradora,
boca de rubíes,
ojos de paloma;
Santísima Virgen,
soberana aurora,
arco de los cielos
y del sol corona;
tantas cosas cuentan
sagradas historias
de vuestra hermosura,
que el alma me roban.
Que tenéis del cielo,
Morena graciosa,
la puerta en el pecho,
la llave en la boca.
Vuestras gracias me cuentan,
zagala hermosa;
mientras más me dicen,
más me enamoran.

Dícenme que sois
de las tres Personas
el trono divino
en que asisten todas;
que ya el Padre Eterno
Hija suya os nombra,
el Hijo su Madre,
y el Amor su Esposa.
Que tenéis la cara
como cuando llora
sobre blancos lirios
la mañana aljófar;
que sois nieve pura
sobre quien deshojan
purpúreos claveles
o encarnadas rosas.
Yo no sé quien sirve
hermosuras locas,
flores de la tierra
que la muerte corta;
y deja de amaros,
divina Señora,
a cuya belleza
la luna se postra.
Vuestras gracias me cuentan,
zagala hermosa;
mientras más me dicen,
más me enamoran.
Amén

CUARESMA: COMO MARÍA, VIVAMOS LA PALABRA


Se nos da en la Liturgia de las Horas, actúa en los sacramentos, nos es regalada en las lecturas de la Misa, la encontramos en nuestra meditación personal...  María es la Virgen oyente de la Palabra.  Ella meditó las profecías del Antiguo Testamento y acogió en su carne las misteriosas palabras del ángel Gabriel:  Hágase en mí según tu Palabra y, así, el Verbo se hizo carne.

Es María modelo e intercesora sin igual para que nosotros podamos vivir de la Palabra. A ella pedimos que nos obtenga esta gracia de su Hijo que es recibirle a él mismo en la Escritura:  Dichosos los que oyen la palabra de Dios y la guardan  (Lc 11, 28).