MARÍA AUXILIADORA, PATRONA CANÓNICA DE POZO DEL CAMINO

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miércoles, 12 de septiembre de 2012

FESTIVIDAD DEL SANTÍSIMO NOMBRE DE MARÍA (12/SEP/2012)



Esta festividad fue instituida con el objeto de que los fieles encomienden a Dios, a través de la intercesión de la Santa Madre, las necesidades de la Iglesia.  Por primera vez, se autorizó la celebración de este fiesta en 1513 en la ciudad española de Cuenca.  Desde ahí se extendió por toda España, y en 1683 el papa Inocencio XI la admitió en la Iglesia de Occidente como una acción de gracias por el levantamiento del sitio de Viena y la derrota de los turcos.  La gran devoción al Santo Nombre de Jesús, que se debe en parte a las predicaciones de San Bernardino de Siena, abrió naturalmente el camino para una conmemoración similar del Santo Nombre de María.
 
 
 
 
 
 
HIMNO DE LAUDES
 
Tu Santo Nombre glorioso,
que a los demonios asombra,
es tan dulce y tan sabroso,
que a cualquiera que le nombra
le da un valor milagroso.
Y el que por sí ya no es parte
a resistir tentaciones,
lo será con invocarte;
y así, en las tribulaciones
nos valemos de llamarte,
MARÍA.
 
Con tu Nombre, Virgen pura,
se ilustra nuestra memoria,
y es para nuestra ventura
salvoconducto de gloria,
que los puertos asegura.
Por él nos hacer mercedes,
y con poder soberano
rompen los lazos y redes
del enemigo inhumano,
Virgen; y pues tanto puedes,
ora pro nobis. 
Amén. 
 
 
 
 
 
 
HIMNO DE VÍSPERAS
 
¡Estrella de la mar, Virgen María,
de la infinita creación Señora!
Tu Nombre es un raudal de poesía
de fe, vida y placer engendradora:
y el corazón del hombre da alegría,
miel a sus labios, música sonora
a su oído, a su ánima consuelos,
en el afán de sus mortales duelos.
 
Tu Nombre es la música más grata
que cuantas escuchó la baja tierra,
cuantos ecos la atmósfera arrebata
en bosque o llano, población o sierra;
cuantos el viento en su extensión dilata
robándolos al mar que los encierra,
no imitaron jamás la melodía
del Dulcísimo Nombre de María.
 
Yo quisiera encontrar en mi garganta
sonidos y palabras celestiales
para explicar la melodía santa
que atesora su nombre a los mortales.
¿Mas su nombre inmortal, cómo se canta
con lengua y con palabras terrenales?
¿Cómo ofrecer al paladar del hombre
la miel que mana de su Dulce Nombre?
 
Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu.
Amén.
 
 
 
 
 
 
 
 

 
 

 
 
 


miércoles, 22 de julio de 2009

¡MIRA A LA ESTRELLA, INVOCA A MARÍA!


Si se levantan los vientos de las tentaciones, si tropiezas en los escollos de las tribulaciones, mira a la estrella, llama a MARÍA.
Si eres agitado por las ondas de la soberbia, si de la detracción, si de la ambición, si de la emulación, mira a la estrella, llama a MARÍA.
Si la ira, o la avaricia, o la impureza impelen violentamente la navecilla de tu alma, mira a MARÍA.
Si, turbado a la memoria de la enormidad de tus crímenes, confuso a la vista de la fealdad de tu conciencia, aterrado a la idea del horror del juicio, comienzas a ser sumido en la sima del suelo de la tristeza, en los abismos de la desesperación, piensa en MARÍA.
En los peligros, en las angustias, en las dudas, piensa en MARÍA, invoca a MARÍA.
No se aparte MARÍA de tu boca, no se aparte de tu corazón; y para conseguir los sufragios de su intercesión, no te desvíes de los ejemplos de su virtud.
No te extraviarás si la sigues, no desesperarás si la ruegas, no te perderás si en Ella piensas. Si Ella te tiende su mano, no caerás; si te protege, nada tendrás que temer; no te fatigarás, si es tu guía; llegarás felizmente al puerto, si Ella te ampara; y así, en ti mismo experimentarás con cuánta razón se dijo: Y el nombre de la Virgen era MARÍA...
San Bernardo

sábado, 1 de noviembre de 2008

MARÍA, REINA DE TODOS LOS SANTOS





Con esta invocación se quiere poner a María en lo más alto de la santidad conseguida por todas las criaturas humanas. Motivos muy distintos tenemos para llamar a María "Reina de todos los Santos":



1.- En primer lugar, porque es la Madre del Rey le pertenece a Ella el título de Reina.



2.- Aventaja a todo ser humano en privilegios: "Es la bendita entre todas las mujeres", es la única que puede ostentar la gracia de tener por Hijo a Dios, no por mérito propio, sino por pura gratuidad de Dios, su actitud de colaboración a los planes de Dios la hacen partícipe en la gran obra de la Redención por la que los humanos podemos alcanzar la gran dignidad de ser partícipe de la naturaleza divina, que nos hace ser Santos.



3.- Aventaja a todos los Santos en virtudes y perfecciones, observa al respecto San Bernardo, el apóstol por excelencia de María en la Edad Media: "No le falta a María: Ni la fe de los Patriarcas, ni la esperanza de los Profetas, ni el celo de los Apóstoles, ni la constancia de los Mártires, ni la templanza de los Confesores, ni la pureza de las Vírgenes". Si María es modelo de todas las virtudes, los Santos tuvieron en Ella un espejo en donde mirarse, un estímulo para superarse. Ella como Madre reprodujo todas las virtudes, que están al alcance de las personas. La ejemplaridad de María está en todos los órdenes y para todos los estados. Nos confirma esto el ejemplo de los Santos, quienes con el auxilio de María han llegado al grado de perfección del que en el cielo disfrutan. No hay estado ni forma posible de vida que no encuentre en María la virtud o virtudes, que necesitan para sobresalir en un limpio pugilato de amor a Dios. La intercesión de María nos es imprescindible en nuestra vida espiritual todo ello por pura gratuidad de Dios. Así nos lo ha contado el "Doctor Melifluo" (Maestro que destila miel), quien entre las alabanzas que dirige a María sobresale la que nos cuenta de su patrocinio y poderosa mediación: "Nada quiso darnos Dios que no pasase por manos de María. Tal es la voluntad de aquel que ha querido que todo lo conseguimos por su medio". Esto nos lleva a la conclusión de que toda persona santa tiene que ser mariana. Gráficamente nos lo decía San Juan de Avila. "Más quiero estar sin pellejo que sin devoción a María". Muchos se han distinguido por un singular amor filial a Nuestra Señora, pero todos se han acercado a Ella como modelo a imitar e intercesora a quien acudir. San Efrén, diácono (300 - 370) nos indica lo que María es para todos y cada uno de los Santos: "Oh Virgen, Vos sois el júbilo de los Santos". No hay Santo, si no hay amor a Dios, y esto supone que amemos lo que El ama, al prójimo, entre los que tienen derecho al amor de los demás sobresale: María. Son muchas las razones que tenemos para amarla:. Es la Madre de Dios, a quien tengo que amar. Es mi Madre, este es el motivo para amarla.. Es la Madre de la Iglesia, a la que pertenecemos. El marianismo es una tónica común a todos los Santos, algunos sobresalen por el espíritu de invocación, otros por el de alabanza, gratitud, imitación y servicio. Los matices pueden ser distintos, pero su labor sigue siendo la misma, cumplir la recomendación que María nos ha dejado en el Evangelio: "Haced lo que El os diga". (Jn. 2, 5).Los Santos ayudados por María e imitadores de sus virtudes nunca han superado al modelo, pues, la santidad está en proporción directa con el amor de Dios y ninguna criatura supera a María, ya que Ella es la "llena de gracia". La misión para la que Dios la había escogido exigía que Ella sobresaliese entre todos por la santidad, que es el valor más cotizado por Dios, pues, su amor le hizo acercarse a nosotros hasta el punto de ser "en todo semejante a nosotros menos en el pecado", para que nosotros podamos participar de la naturaleza divina y ser santos. A María la podemos contemplar en cada una de las virtudes: caridad, esperanza, fe, pureza, humildad etc.., y veremos como ninguna criatura la ha superado en el ejercicio de la misma, por eso con toda razón podemos llamarla "Reina de todos los Santos".